Cierto día, el Señor Jesús contó una historia muy especial que nos
dejó una gran lección. La historia habla acerca de un hombre y sus dos hijos.
Él tenía una gran viña, y para cuidar de esa plantación de uvas necesitaba de
mucha ayuda, pues solo no daría cuenta de todo el trabajo. Él paró, pensó y
tuvo una idea y dijo: ¡Ya sé! Voy a pedir para mis hijos que me ayuden con el
trabajo en la viña. Y fue eso que él hizo. El hombre fue hasta su primer hijo y
le dije: Hijo, necesito que usted me ayude en la viña hoy. El joven miró para el
padre y... Bueno, vamos a hacer una pequeña pausa aquí. Si fuera usted,
¿cual respuesta daría para su padre? (Espere que ellos respondan, después
prosiga). El hijo de pronto respondió: .Sí, mi padre, yo iré a ayudarlo..
Pero no fue. Si él no iba a ayudar su padre, ¿porque entonces dio aquella
respuesta? (Espere que ellos respondan) Pero, ¿saben por qué él dio aquella
respuesta? Porque era mentiroso y no quería que el padre llamara su atención
al decir que no iría. Él no era un joven sincero. De igual manera el padre se
aproximó al otro hijo y le hizo el mismo pedido. ¿Y saben lo que él respondió?
Él dijo: .No, mi padre, ¡yo no quiero ir para la viña!. Para la sorpresa de aquel
padre, la respuesta del segundo hijo fue .no.. El hombre, sin embargo, no le
importó con el .no. del segundo hijo, pues el primero prometió ayudarlo.
En el mismo horario de siempre allá estaba el padre en su plantación,
confiando y esperando por el hijo que prometió ayudarlo. Entonces él esperó,
esperó, y el hijo no apareció. ¡Ah! Como quedó triste aquel padre, porque su
hijo mintió para él. Y él pensó: .¿Que voy hacer? Voy a trabajar solo.. Pero,
de repente, él vio aproximándose el hijo que había dicho que no iría a
ayudarlo. Entonces preguntó: .Mi hijo, ¿Que usted está haciendo aquí?. Y el
hijo respondió: .Mi padre, perdoneme. Yo no debería haberle respondido de
aquella manera. Estoy arrepentido y vine a ayudarle.. Muy feliz, el padre
abrazó el hijo y juntos fueron a cuidar de la viña.
El Señor Jesús nos habla en esta parábola, que muchos escuchan
Su Palabra y no la practican, los que aun viven en el pecado tendrán
la oportunidad de pasar antes que ellos en El Reino de Los Cielos porque
se arrepentiraán y creerán en su Palabra.
Tenemos
que vigilar y entregarnos totalmente a Dios, empeñándonos para
conocer
y practicar Su Palabra, no podemos perder esta oportunidad
que Él nos
ha dado.
Referencia Bíblica: Mateo 21:28-32
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