Había una vez tres hombres: un
sacerdote, un levita y un samaritano. El sacerdote y el levita conocían
la Palabra de Dios. El samaritano no. Un día un hombre salió de la
ciudad de Jerusalén a Jericó, y al pasar por un camino fue atacado por
ladrones. El hombre se asustó y
de inmediato dio todo lo que tenía a los ladrones.
Pero los ladrones
fueron muy desagradables y golpearon al pobre hombre lo dejaron tendido
en el suelo, con moretones. Un sacerdote vino, vio al hombre herido,
pero no se detuvo para ayudar. Luego vino el levita paso por aquel
camino. Vio también que el hombre necesitaba ayuda, pero siguió
rápidamente y lo dejo sufriendo en el camino. Por último vino un
samaritano montado en su caballo, y al ver al hombre herido, gimiendo
de dolor, se detuvo para ayudarlo. El buen samaritano puso al hombre
sobre su animal y empezó a buscar un albergue para dejarlo.
Cuando lo
encontraron, dejo al herido en ese lugar. Pero antes de partir, pagó
todos los gastos y pidió al hospedero, que cuidara de él, de sus heridas
y tratara al paciente hasta que estuviera completamente curado y le
dijo: Cuídalo y todo lo que gastes de más yo te lo pagaré cuando
regrese.
¡Qué gran amor al prójimo que mostró buen samaritano, no es
cierto!
CONCLUSIÓN:
Un punto muy importante, es que el Señor Jesús había contado esta parábola exactamente porque un "intérprete de la ley", osea un conocedor de la Palabra de Dios, que le preguntó sobre ¿cómo hacer para entra en el Reino de los Cielos?, vino Jesús y le preguntó: ¿que esta escrito en la Ley, y como usted la interpreta? Y el le respondió: Amaras El Señor tu Dios de todo su corazón, de toda
su alma, con todas sus fuerzas,y de todo su entendimiento, Amaras Tu
prójimo como a ti mismo, y El Señor Jesus le respondió: Respondiste
correctamente, hace esto y vivirás!
¿Pero una vez mas, queriendo justificarse le pregunto: y quien es mi prójimo?
Entonces Jesus le contó la parábola del buen Samarito, que resumiendo quiere decir, pasaron 2 personas que supuestamente eran de Dios, cerca del hombre que
estaba herido pero solamente 1 que no conocía a Dios, (el buen
samaritano) que tuvo misericordia y le ayudo.
El Samarito fue el único
que se hizo prójimo del herido.
Muchas veces sabemos lo que es correcto
hacer, pero no lo hacemos e intentamos justificarlo, pero Dios conoce
nuestro interior, solamente seremos prójimos de alguien si nos acercamos
y extendémos las manos para ayudar a esa persona, sino seremos mas
bien lejanos de ella.
No basta solamente conocer la Palabra de Dios, si no la practicamos, seremos como estos dos hombres, que eran conocidos como personas de Dios, pero fueron reprobados en sus actitudes.
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