Era una vez una niña llamada Blanca, ella tenía 10 años. A Blanca le
gustaba asistir a las clases de la EBI era una hija obediente. Ella era
muy querida por los compañeros de su escuela. La niña siempre ayudaba a
los otros alumnos cuando tenían dudas sobre alguna materia, y además le
gustaba enseñar lo que aprendía en la EBI.
Cierta vez, ella vio a Marcos, un compañero del grupo haciendo berrinche
a su mamá dentro de la escuela. Él era muy travieso y muy desobediente.
El otro día, en la hora del recreo, Blanca fue hasta donde estaba
Marcos para platicar con él. Ella le pregunto si todo estaba bien, y él
le respondió que no, pues estaba triste por haber hecho un berrinche a
su mamá. Por causa de eso, el quedaría castigado por una semana.
Marcos conto para Blanca que estaba muy arrepentido, pues amaba mucho a
su mamá y sabía que él no había hecho bien. la directora había llamado a
su mamá a la escuela para hablar de sus malas calificaciones y de su
mal comportamiento. Con mucha delicadeza, Blanca dijo a su compañero que
el berrinche que él hizo frente a todos, solo empeoro las cosas
avergonzando a su mamá. Ella aprovecho la oportunidad y le dijo que él
tenía un gran Amigo que podría ayudarlo. Saben de qué amigo estaba
hablando? Jesús, así es! Blanca no perdió tiempo para hablar de Jesús
para su compañero, pues Él es el único que puede cambiar cualquier
comportamiento.
Marcos quedo muy interesado en conocer al amigo de Blanca, y le pregunto
dónde podía encontrarlo. Blanca le platico de la EBI y le dijo que ahí
encontraría al Señor Jesús y aprendería a obedecer la Palabra de Dios.
Muy feliz por lo qué sucedió, Blanca hablo para su mamá del interés de
Marcos para ir a la EBI. Después de oír a su hija, la madre de Blanca
inmediatamente pidió para la madre de Marco que lo dejara ir con ellas a
la iglesia.
La madre del niño estaba deseando mucho verlo cambiar y lo dejo ir.
Llegando a la EBI, Marcos pudo oír a la educadora enseñando sobre la
importancia de ser obedientes a los padres, y leyó para el grupo un
versículo que dice “Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres,
porque esto es justo.” (Efesios 6:1) cuando acabo la clase, Marcos
platico con la educadora y le dijo que iba a cambiar de comportamiento,
pues quería que Jesús morara en su corazón.
Y usted, ha sido un niño obediente a sus padres? Si no, haga como Marcos
de la historia y determine que, a partir de hoy, usted será obediente y
practicará la Palabra de Dios, eso dejara a Dios y a sus padres muy
felices.
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