Muchas de las
educadoras de la EBI piensan que el simple hecho de ellas estar ayudando
a cuidar aquellos niños, durante la reunión, ya están haciendo su parte
y listo.
Entonces, en el día de la clase, ella simplemente: llega, lleva a los
niños, cuando mucho lee la historia del Plan de Aula, entrega el dibujo
para que pinten, una merienda (cuando hay) y queda deseando que el
pastor termine rápido el servicio, para poder entregar los niños a sus
padres.
Pero ser Educadora, como el nombre ya dice: "Educador", es educar, enseñar, instruir al niño al camino de la Salvación. Por eso, quedar con ellos, leer el Plan y darles el dibujo no es lo suficiente para que ellas aprendan, tengan el deseo de aprender cada día más y de tener un encuentro con Dios. Por esa razón, la necesidad de la Educadora invertir en su clase, buscando de manera consciente e interesada, enseñar la Palabra de Dios a los niños, de forma que despierte en ellos el deseo de querer saber mucho más.
Puede que al leer eso, Ud. piense: "Entonces no quiero ser Educadora, pues es muy difícil". En realidad, basta apenas un poco más de interés y dedicación para que Ud. haga un buen trabajo. Hablaremos un poco más sobre ese tema al final de esta apostilla. Educadora, busque conocer mejor a los niños que frecuentan sus clases; hable con ellos, para poder conocer a cada uno; hable con los papás y procure saber como es la rutina de ellos, para que de esa manera, Ud. pueda orar por los niños y su familia, y también adaptar su clase de acuerdo a la necesidad de ellos.
La buena Educadora es aquella que sale de la rutina de simplemente hablar y mirar, pero busca entender al niño, como un ser humano, viendo sus necesidades y se adapta para mejor poder ayudarlo. A partir de este momento Ud. aprenderá a perfeccionar sus clases de forma creativa y practica, pero nada de lo que está escrito aquí es una regla u obligación.
Pero ser Educadora, como el nombre ya dice: "Educador", es educar, enseñar, instruir al niño al camino de la Salvación. Por eso, quedar con ellos, leer el Plan y darles el dibujo no es lo suficiente para que ellas aprendan, tengan el deseo de aprender cada día más y de tener un encuentro con Dios. Por esa razón, la necesidad de la Educadora invertir en su clase, buscando de manera consciente e interesada, enseñar la Palabra de Dios a los niños, de forma que despierte en ellos el deseo de querer saber mucho más.
Puede que al leer eso, Ud. piense: "Entonces no quiero ser Educadora, pues es muy difícil". En realidad, basta apenas un poco más de interés y dedicación para que Ud. haga un buen trabajo. Hablaremos un poco más sobre ese tema al final de esta apostilla. Educadora, busque conocer mejor a los niños que frecuentan sus clases; hable con ellos, para poder conocer a cada uno; hable con los papás y procure saber como es la rutina de ellos, para que de esa manera, Ud. pueda orar por los niños y su familia, y también adaptar su clase de acuerdo a la necesidad de ellos.
La buena Educadora es aquella que sale de la rutina de simplemente hablar y mirar, pero busca entender al niño, como un ser humano, viendo sus necesidades y se adapta para mejor poder ayudarlo. A partir de este momento Ud. aprenderá a perfeccionar sus clases de forma creativa y practica, pero nada de lo que está escrito aquí es una regla u obligación.
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