Soy
educadora desde que tenía quince años, desde que empecé como auxiliar para mí
fue la oportunidad de mi vida, ya que en mi niñez tuve una vida bastante dura.
Luego de haber tenido un encuentro con Dios, y tener esa felicidad dentro de mí
quería demostrarlo al mundo entero y sobre todo el agradecimiento con mi Señor
Jesús. Trabajar con los niños es una de las mayores alegrías para mí, he tenido
tantas experiencias buenas con ellos vidas transformadas.
Cada niño es un alma
tan importante como la de un adulto. He visto niños que crecieron que ahora son
hombres y mujeres de Dios, como también tristemente muchos que se desviaron. La
EBI nos da a las educadoras esa gran oportunidad de trabajar con niños sin
necesidad de tantos años de estudio, solo necesitamos tener ese deseo de
ayudar, amar y tener disposición para dar nuestra vida por causa de los más
pequeños.
Quiero compartir esta
pequeña nota que recibí no para gloria si no para mostrar como es la
sinceridad y agradecimiento de un niño ,
la importancia que es demostrarle a
ellos nuestro cariño y respeto ; ya que muchos de ellos están carentes
de amor y pasan por muchos problemas en sus casas, escuela, etc…. necesitados
que alguien le extienda la mano y les haga comprender que hay alguien que puede transformar su lloro en
alegría y es el Señor Jesús, con cada abrazo, con cada sonrisa, con cada
atendimiento que damos a ellos es un paso más acercándolos al nuestro Señor Jesús.
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